sábado, 31 de julio de 2010

Mi Villano Favorito

Verla es responder a la publicidad que a lo largo de un mes ha bombardeado los canales para niños. Puede que tu pequeño acompañante no se duerma, pero tu preferirás seguir comiendo palomitas.  ¿Le sigo?

Soy un fan de las películas animadas por computadora. Imagino que para mí significan lo mismo que aquellos primeros programas en televisión a color en la generación de nuestros padres. Teniendo una niña de 4 (mejor dicho, siendo propiedad de una niña de 4), tengo el pretexto ideal para ir al cine.

Me sumo a esas reflexiones que las películas para niños son, cada vez, menos para niños: las tramas abandonan su simplicidad, los personajes se llenan de vida. Muy lejos está el ratón que entona una canción mientras conduce un barco de vapor.

Y no solo las historias. Poder ver cómo un ordenador se acerca cada vez más a la reproducción fiel de la realidad. Y cómo los personajes pueden expresarse. Uff. Me encanta ese tipo de animación.

Por eso películas como Mi Villano Favorito me decepcionan. Te pasas hora y media, hay buena compañía, y ya. No te sorprendes como con Toy Story 3, por ejemplo. Incluso Shrek For Ever After –y mira que no es la mejor- está mucho mejor.

Grú –el villano favorito- en español tiene la voz de Andrés Bustamante (en inglés de Steve Carell, el virgen a los 40). Pues bien, a los 15 minutos tu cabeza estará saturada del tono confuso, muy poco preciso de un acento extranjero que no se justifica por ninguna parte en el guión. Una mala combinación del Doctor Chunga y Ponchito. Hay tres niñas, Margo, Edith, Agnes… su papel es lo mejorcito que hay. Hay una especia de cacahuates fosforecentes con lentes –ayudantes de Grú, quienes a fuerza tratan de motivar risas.

Si puedes, repite Toy Story 3. Esa es la recomendación.

martes, 27 de julio de 2010

Eso de ser gay

De bigote espeso y negro como la noche, manos toscas y pesadas, mentón cuadrado, cuello ancho y fuerte, voz profunda como de dos mil tequilas: así es mi compadre Chano.

Más que formado, forjado en el campo. De esos muchos que tienen en su historia personal el haber tenido que caminar varios kilómetros para poder ir a la primaria más cercana antes que su papá fuera jalado por un primo que vivía en Saltillo. Un cabrón muy cabrón, para decirlo rápido.

Por eso me sorprendió cuando el Chano me dijo, hace un par de días, que quería volverse gay. Y cómo chingados compadre, le pregunté. Mira que no soy experto, pero creo que uno nace así, no se hace. Rápido, pero sin prisas, me dijo que eso era una decisión: ahí estaba el Ricky Marti y su chiqui-bom-bom que ya bastante entradito en años –y después de repasarse a Rebeca de Alba, entre otras- le dio por vivir la vida loca.    

Mi compadre estaba blofeando. O al menos eso aclaró después y yo le creo. Traía la novedad de la nueva oficina abierta en el DF, para promocionar el turismo lésbico-gay en las tierras aztecas, y no sabía como empezar la plática.

Y cómo no quisiera ser gay –dijo mi compadre-, si las cifras dice que viajan hasta tres veces al año fuera del país donde viven; yo  apenas y viajo una vez con mi familia, y a Laredo a comprar chivas. Así sí conviene, dijo para cerrar su comentario. 

Prejuicios a un lado, filias y fobias pasadas por alto, vale la pena el esfuerzo en el DF. Es interesante por muchas razones. Primero, comenzar una oficina que en el nombre lleve la penitencia no es cosa fácil. Pero no queda ahí. Aventarse el chiste poco después de que se nombrara al DF como destino gay-friendly, teniendo la opción del matrimonio tornillo-tornillo o tuerca-tuerca, capacitando a los prestadores de servicios para que no la rieguen habla de toda una política pública que se gesta en el estómago mismo de una política abierta, respetuosa de los derechos: de izquierda, si se quiere, pero cuya finalidad ya la quisieran aprovechar los de la derecha, las divisas.

Algunos ya aplauden el arcoíris que brilla sobre el Ángel de la Independencia; otros dicen que aquello se llenará de degenerados (y mira, que ya hay muchos). Que nadie se me ofenda: no me considero pro-gay no anti-gay. Para mi son personas y no me importa de qué lado de la cama quieran amanecer. Tampoco siento interés alguno por los colores partidistas de la administración capitalina, pero hay que reconocerle –me parece- la apertura de esta oficina que viene a cerrar con broche de oro lo que parece ser una implantación exitosa de una todavía más exitosa política pública.

lunes, 26 de julio de 2010

Reo de día, sicario de noche

Hay que comentarlo. Es la hardnews de la semana.

Ayer domingo hubo una rueda de prensa en la que participaron el Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, y de los voceros de la Procuraduría General de la República, Ricardo Nájera, y de la Segob, Luis Estrada. El tema centra fue el doble rol de los presos del penal de Gómez Palacio, en Durango: reos de día, sicarios de noche. Con permisos de la más alta autoridad del penal, hay que decirlo; con todas las de la ley, por ponerlo de alguna manera.

¿Te acuerdas de la carnicería en Torreón, la semana pasada? Esa que fue después de una carne azada convocada por un grupo de jóvenes deportistas. (blancas palomas? no se; pero nadie merece morir apañado en una lluvia de plomo sin medios para defenderse como mejor pueda y con todo lo que le alcance, en circunstancias menos desventajosas).

La transcripción de la rueda de prensa  ( http://www.segob.gob.mx/Portal/PtMain.php?pagina=salaprensa&articulo=2214 ) es de colección, me parece. Aquí algunas perlas:

El vocero de la PGR dijo: “De acuerdo con las indagatorias preliminares que actualmente realiza la Procuraduría General de la República, los autores de los hechos son presuntamente un grupo de internos recluidos en el Centro de Readaptación Social (CERESO) número 2 de Gómez Palacio, Durango, a quienes se les permitía salir de prisión y utilizar armas de los custodios para realizar las ejecuciones.

“De acuerdo con la información que se tiene hasta el momento, obtenida por denuncias y testimonios, los reclusos con la autorización de la directora de dicho centro, se les permitía la salida del CERESO número 2 por las noches para cumplir venganzas por encargo, utilizando vehículos oficiales para su traslado y ocupando las armas de los custodios para las ejecuciones.

“Los delincuentes cumplían sus ejecuciones como parte de ajustes de cuentas contra integrantes de miembros de bandas rivales vinculadas con la delincuencia organizada. Por desgracia, en dichas ejecuciones, los delincuentes también asesinaron cobardemente a civiles inocentes, para luego regresar a sus celdas”.

Y lo dicho sigue. La realidad superó la ficción.

sábado, 24 de julio de 2010

Mi primera vez

Imagino que así debía ser: una tarde soleada de julio, cuando los nubarrones se habían alejado. Ja.

Que suena el teléfono. El identificador de llamadas me gritaba una lada desconocida (ahora se, es de Tampico). Contesto y una voz de hombre pregunta por mi, cerciora tener bien mi dirección. Se identifica como comandante de alguna agrupación policiaca y dice investigar una llamada anónima de mi teléfono que supuestamente se había hecho a las 10:40 de la noche anterior avisando de dos camionetas con tipos fuertemente armados.

Conteste que no sabía de que se trataba. Que nadie había hecho ninguna llamada. El discurso cambió: ya lo sé, me dijo el del otro lado del teléfono (viviendo, imagino, una hermosa tarde en Tampico). Ahora se identificaba como miembro de un cártel, me dijo sabía todo de mí (ja, ni el psicólogo), que alguien me había tendido una trampa, me había “puesto el dedo” al dar mi teléfono como referencia y que ellos me podían proteger. Y que si le colgaba, más me valía fuera a chingar a mi madre (textual) porque inmediatamente me iban a tumbar la puerta para levantarme. Que no me la iba a acabar.

Colgué. Mentiría si te digo que mantuve la calma. Fue mi primera vez. Confieso que me ganó el nervio y tuve que marcar esos números telefónicos de los amigos que uno nunca quiere molestar. Que no me apurara, dijeron. Que de esas llamadas hay muchas y que todas terminan siendo huecas amenazas. Me tomaron algunos datos y me dieron tranquilidad. Fueron segundos de intranquilidad.

Comenté a los que estaban en la casa (tarde de visita familiar). Resulta que todos tienen una historia como la mía. Algunos han recibido dos llamadas. Cuando lejos, su historia pertenece al primo de un amigo (el mismo que tiene hemorroides, imagino, pobre cabrón).

Eso de vivir intranquilo es de lo peor. Sea llamada falsa para ver qué te sacan, sea porque en esa ocasión va en serio. Tanta lluvia con plomo y granadas que no son frutas.

Mira que nos tocó vivir (y tomo la creatividad de Tarantino) tiempos violentos.