lunes, 26 de julio de 2010

Reo de día, sicario de noche

Hay que comentarlo. Es la hardnews de la semana.

Ayer domingo hubo una rueda de prensa en la que participaron el Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, y de los voceros de la Procuraduría General de la República, Ricardo Nájera, y de la Segob, Luis Estrada. El tema centra fue el doble rol de los presos del penal de Gómez Palacio, en Durango: reos de día, sicarios de noche. Con permisos de la más alta autoridad del penal, hay que decirlo; con todas las de la ley, por ponerlo de alguna manera.

¿Te acuerdas de la carnicería en Torreón, la semana pasada? Esa que fue después de una carne azada convocada por un grupo de jóvenes deportistas. (blancas palomas? no se; pero nadie merece morir apañado en una lluvia de plomo sin medios para defenderse como mejor pueda y con todo lo que le alcance, en circunstancias menos desventajosas).

La transcripción de la rueda de prensa  ( http://www.segob.gob.mx/Portal/PtMain.php?pagina=salaprensa&articulo=2214 ) es de colección, me parece. Aquí algunas perlas:

El vocero de la PGR dijo: “De acuerdo con las indagatorias preliminares que actualmente realiza la Procuraduría General de la República, los autores de los hechos son presuntamente un grupo de internos recluidos en el Centro de Readaptación Social (CERESO) número 2 de Gómez Palacio, Durango, a quienes se les permitía salir de prisión y utilizar armas de los custodios para realizar las ejecuciones.

“De acuerdo con la información que se tiene hasta el momento, obtenida por denuncias y testimonios, los reclusos con la autorización de la directora de dicho centro, se les permitía la salida del CERESO número 2 por las noches para cumplir venganzas por encargo, utilizando vehículos oficiales para su traslado y ocupando las armas de los custodios para las ejecuciones.

“Los delincuentes cumplían sus ejecuciones como parte de ajustes de cuentas contra integrantes de miembros de bandas rivales vinculadas con la delincuencia organizada. Por desgracia, en dichas ejecuciones, los delincuentes también asesinaron cobardemente a civiles inocentes, para luego regresar a sus celdas”.

Y lo dicho sigue. La realidad superó la ficción.