Y me importa poco si se me tacha de frívolo.
Incluso antes que el Super Bowl, la entrega de los premios de la academia (los óscares, pues) me mantienen pegado al televisor. Ayer fueron y, con eso, el mes de febrero cumplió su misión en su cortísima vida (pues si, febrero vive unos días menos que los otros meses).
Sean Penn ganó haciéndola de gay (se rumora ya que en la próxima película se agarrará de la mano de Tom Hanks y su personaje de Filadelfia); Ganó, también, Penélope Cruz (por fin la industria le premia su amorío con el otro Tom, el de Valquiria). Y Kate Winslet, cara arrugada y toda la cosa, fue la tercera. El Guasón, como se esperó, tuvo que morir para ganar.
Y se va febrero; venga marzo.