Isa:
Por tu mirada sospecho lo que piensas cuando he querido aconsejarte: por qué –te preguntas- papá no se guarda sus consejos para sí mismo.
En parte tienes razón. Al igual que todos, yo también necesito consejos. Después de todo este tiempo te confieso que haber seguido algunos, me hubiera evitando muchos descalabros.
Si eres demasiado crítica, como sé lo eres, podrías decir que hay consejos que te doy que ni yo observo. También en esto tendrías razón. Pero considera, por favor, que eso que llaman “voz de la experiencia” para ser voz, requirió de la experiencia. La experiencia no siempre fue una mañana con sol.
Escucha, pues, lo que te digo. No es una orden, es más una petición. Confía que tras mis palabras sólo hay buenas intenciones y muchos errores que me gustaría no cometieras y que viví en carne propia. Después de todo, antes que tu papá soy humano y me equivoco y he sido cabeza dura y no escuché consejos.
Saluda a mamá. Parece que va encontrando la buena cara al domingo.