El deseo del Absoluto era que los vecinos del reino no estuvieran enfrente.
La Corte y los Asesores se cansaron de explicarle que una condición de ser vecinos era estar enfrente.
El Pueblo se cansó de ver que el Absoluto no entendía razones.
Al final, los vecino del reino siguieron enfrente.
La Corte, los Asesores y el Pueblo derrocaron al absoluto pues hay cosas que ni el poder más amplio puede hacer.