viernes, 5 de diciembre de 2008

Curva de demanda


Son las 8:15 de la mañana, en el Hotel Holiday Inn Fundidora, al rato hay un desayuno…y es un buen momento para comentarles que la agonía terminó, fui sometido a un mecanismo de tortura novedoso para mi, los inventores de este ritual son extranjeros y sus apellidos son Parkin y Pindyck, en efecto ellos son los causantes de una serie de desvelos y situaciones de stress que para quienes los conocemos se convierte en algo cotidiano durante los seis meses que duran su efectos. Sin embargo no todos odian a Parkin o a Pindyck, algunas personas los consideran personajes amigables y bonachones que sólo intentan hacernos la vida más fácil y equilibrada.

Parkin y Pindyck, son los autores de los libros más populares de Microeconomía en la maestría que algunos integrantes de este blog, tipos ordinarios como su servidor, cursamos, y hemos tenido que leer, interpretar y lo más difícil, tratar de aplicar en ejercicios y peor aún, contrastarlos contra la realidad ¿surrealista? Mexicana, todo un reto, ustedes comprenderán.

Costo marginal e ingreso marginal, bien público, curva de demanda, elasticidad, etc. Se convierten en dardos letales para un cerebro que quiere profanar a la microeconomía.

Pero bueno, ya pasó, ya causé daños irreversibles a la economía nacional con mis posturas, mandé la canasta básica al cielo, hice aún mas ricos a multimillonarios monopolistas, quebré dos que tres empresas con mis gráficas, deje muertos de hambre unos ancianos por no saber si subsidiar leche o darles la lana. Afortunadamente eso se llevó a cabo en laboratorios de la clase y mis compañeros contribuyeron con estos desvaríos, claro, no todos, algunos al contrario que yo, enriquecieron al país, abarataron la gasolina y los alimentos, llevaron dinero a viejitos y a amas de casa en pobreza extrema y la canasta básica la hicieron alcanzable para todos lo hogares mexicanos, y todo fue felicidad.

Ahora a lo que sigue, ¿que pasará el próximo semestre? Ya les contaré, por lo pronto me pondré a leer alguna novela, guardaré al dúo dinámico Parkin y Pindyck en el librero, y los cambiaré por Paul Auster, José Agustín, Alessandro Barrico, Sara Sefchovich o por el primer libro que se atraviese…saludos.