sábado, 13 de diciembre de 2008

Pena de muerte, pena ajena

Derecho a la vida, derecho a la seguridad, Obligación de crear las condiciones para una vida digna, obligación de proveer seguridad. Estos son los derechos de los ciudadanos y las obligaciones centrales del Estado.
Por eso me da muina y risa al mismo tiempo, en ambos casos de atar, cuando escucho tanto político pelafustan queriendo pasarse de listo y haciendo el chistoso con algo tan central en la vida de la sociedad. Los pobrecitos me recuerdan al pequeño “encargado” de cuidar el orden cuando la maestra sale del salón de clases, a pesar de que el mismo se dedicó a armar la parranda o cuando menos lo consintió, lo primero que hace al regreso de esta es acusar y señalar a otros.
En este caso la única pena que creo que vale la pena implantar es la ajena o pena de muerte a los gobernantes que evadan, rechacen o sean ineficientes a la hora de proveer seguridad. Bueno, tal vez exagero, como dicen en mi rancho esas criaturitas del señor también tienen derecho a la vida. ¿No se que les parecería si a cambio de la pena de muerte les ponemos una demanda por evadir, rechazar o ser ineficientes a la hora de proveer seguridad?