lunes, 27 de abril de 2009

Editorial del Maestro Cedillo

Publicado en el periódico Vanguardia, el pasado 25 de abril:
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"Miedo", por Jesús R. Cedillo.

“Libérate de la tinta y del papel, maestro. El blog es lo de hoy.” Con estas palabras, el joven y talentoso abogado, Víctor S. Peña —el hombre que más sabe de transparencia gubernamental y acceso a la información en el norte de México— me invitó a divorciarme de tinta y papel, con miras a que este servidor entre de lleno al periodismo cibernético.Sigue sin convencerme, aunque empiezo a escuchar el canto de las sirenas cibernéticas que empiezan a seducirme. Otro editor virtual, César Castillo, quien por un tiempo editó en “soporte papel” su medio de comunicación mensual, “El Sentir de Coahuila”, ha continuado nutriendo su blog, su bitácora periodística, con fotografías, textos y caricaturas que tienen que ver con información de Coahuila; una y otra vez ha insistido en que tenga un blog, una página por Internet.

Hoy, y en este momento que redacto las siguientes palabras en mi ordenador personal antediluviano (casi es de leña y hay que esperar a que los ciberchips se calienten, para que luego se encienda esta computadora de primera generación), hay más blogeros en el ciberespacio que gotas de agua en el océano. ¿Por qué habría de sumarme yo a este ruido ensordecedor espacial sin ritmo ni mucho menos música?El blog es una especie de bitácora personal que todo mundo puede leer, una especie de diario que antes era privado y ahora es público. Lo anterior la verdad, me da miedo, es un miedo al vacío.

Hay blogs (¿así es el término?) de todos los temas imaginables. Víctor S. Peña, por ejemplo, nutre uno que se llama “Un tipo ordinario.” Situaciones urbanas, personales e intransferibles que al anudarse como cuentas en el rosario, dan un mapa topográfico por el cual transita el tres veces premiado ensayista a nivel nacional. Castillo Quiroz, editor responsable de su “Sentir de Coahuila”, enfoca las baterías por el lado de la recopilación periodística y el blog es una brújula de todo lo que en la red circula sobre la familia Moreira.

Hay blogs entonces periodísticos, de autos clásicos, sobre manga japonesa, sobre cocina, de fotografía, sobre cremas bronceadoras, sobre injertos de piel; blogs sobre Roberto Bolaño, Julio Cortázar, sobre licores baratos y chiles habaneros y así, ad infinitum.Muchos de estos blog son anónimos: nadie sabe quién los hace, ni quién los firma. Yo, a la antigua, sigo escribiendo por ideales, no por ambición ni mucho menos por dinero y claro, mi firma siempre va de frente.

Esquina-bajan
Profético, el mejor reportero del mundo, don Ryszard Kapuscinski, hablaba de que la Internet, la globalización trajo consigo a lo que llamó “media worker”: hordas de jóvenes que se escudan en los grandes consorcios de empresas de comunicación globales, a los cuales les da igual su trabajo en el “periodismo”, que el ser empleados en una bolsa de valores o en un supermercado. Sobra decirlo: un bloguero no es un periodista, así de sencillo.

“Libérate de la tinta y del papel” me espetó durante una reunión de café, mi amigo, el sabio S. Peña. Y ¿cómo para qué entrarle a la maraña cibernética donde el ruido es infernal, donde se escribe pésimo y por lo general, todo es basura? Por estos días evalúo las cosas para tener un blog, un diario privado en materia literaria y periodística que será público.

Por estos días de Dios también, estoy aplicando para tomar un curso-diplomado sobre Periodismo digital en la Universidad de Guadalajara, en su Centro de Periodismo Digital con el prestigiado periodista norteamericano, James Breiner. La cosa no es tan fácil ni sencilla, hay que aprender.

Letras minúsculas
Una cosa: si entro de lleno al mundo de la internet, prometo revolucionarlo; para ello me estoy preparando. Espere noticias estimado lector.