Otra vez la resaca del seso.
Creo que buena. Sí, eso me parece. La semana pasada fue buena. Las palabras desfilaban una tras otra para ocupar su lugar en el renglón. No batallé, es decir, no más que lo de costumbre. Pero ahí están algunas líneas con las que me siento suficientemente satisfecho: que si la mujer con aroma a tabaco, que si la ladrona, que si esto o lo otro.
Bah. Y, como siempre, después de un fuerte oleaje de creatividad viene la resaca del seso. Vendrán, entonces, varios días en los que apenas si pueda escribir, dejar algo que valga la pena leer.
Paciencia me digo. Un día, cuando menos lo espere cuando la propia materia gris así lo considere, volverán las palabras.
Claro está (y lo leí, conste que no es mío): no debe perderse mucho tiempo buscando la inspiración; hay que trabajarle duro y, entonces, la inspiración te encuentra a tí.