Qué te puedo decir, extraño escribir en periódicos. Dejé de hacerlo en 2006… tal vez en 2007: ya no me acuerdo. Dejar de cumplir con una cuota semanal me significó un trozo de vida. Sí, tal cual. Lo he tratado de explicar a más de una amistad y siempre he recibido la misma respuesta: que exagero.
No es sencillo soltar algunas frases y muchas letras cada semana. Tanto importa el proceso previo a la escritura, como el tecleo en sí. Extraño sentarme frente a la compu teniendo la primera frase y una idea del desarrollo. Extraño ver cómo, golpe tras golpe de tecla, la opinión va agarrando tinta y le va naciendo la aspiración de ser leída.
Estoy en el borde, al filo del despeñadero. Animado, pues, de regresar a una redacción periodística con alguna propuesta bajo el brazo y muchas ganas de que me den el sí.
Ganas de aventarme un nuevo compromiso y sujetarme a tiempos y formas de la redacción sobre el papel. Escribir sobre todo y nada, responderme preguntas que nadie me hace. Regresar al papel y mantener este blog.
Puede que sea este un momento de debilidad. Ya comentaré.