Wow: fue inesperado.
Aquello no sería más que un saludo de año nuevo, de esos que te cuelgan hasta mitad de mes porque nunca pudiste poner las cosas en orden y dar el abrazo y desear lo mejor cuando Dios manda, los primeros días del nuevo año.
Total que estábamos sentados a las afueras de una sala de la cineteca. Coca-cola el y yo, por supuesto, Joya de Manzana. La plática fue de una cosa a la otra, de esta persona a aquella. Nada particular, solo ponerse al tanto. Y ¡pas! que me platica uno de sus últimos proyectos: escribir la biografía de su papá.
Y mira que me he enterado de proyectos que suenan interesantes, pero nunca de emprendar la redacción de una de las personas que te dió vida (y en este caso, además, educación, valores, fe). Lista y grabadora en mano, durante 2008, entrevistó a media docena de amigos de infancia (de su padré no de él). Redactó largas horas entrelazando las entrevistas con la anécdota y el recuerdo y, al final, una biografía sí-autorizada.
Es probable que no lea esa biografía; seguramente no llegará a la Gandhi. Tal vez solo la familia y uno que otro -como su servidor- se enteren de la existencia de la biografía pero, ¡vaya! eso es un proyecto que vale la pena.