jueves, 13 de noviembre de 2008

IZQUIERDA MEXICANA

14,683,096 votos obtuvo Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial de 2006. El día de ayer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio el triunfo a Jesús Ortega en la elección para renovar la dirigencia nacional del PRD, ante esta noticia, El Frente Amplio Progresista ha decidido expulsar al PRD de sus filas.

Apenas el pasado 5 de octubre en las elecciones locales en Guerrero se dejó ver lo que le puede suceder a esa fuerza de izquierda que AMLO ayudó a amalgamar en 2006; fueron separados a la elección para renovar la Presidencia Municipal de Acapulco, por un lado el PRD y por otro PT y Convergencia, el resultado: Ganó el PRI.

Hoy mismo declaró AMLO que el TEPJF "está controlado por la mafia de la política", creo que esa declaración es la antesala de una escisión a gran escala en la izquierda mexicana. Echar por la borda esos más de 14 millones de votos me parece un suicidio político, pero AMLO ya nos ha enseñado que jamás va a hacer lo lógico, sensato o lo que se esperaría que un político hiciera. Ya nos acostumbro a esperar de él la más locuaz y rencorosa reacción.

En pleno proceso electoral federal 2008-2009 la izquierda mexicana "se raja", eso yo no sé si como panista me beneficia o me perjudica, pero lo cierto es que el día de hoy deben existir millones, no sé si 14, pero millones de mexicanos decepcionados de la opción que eligieron en 2006.

En México siempre nos quejamos de la falta de participación ciudadana, no sólo en procesos electorales, si no en la vida pública en general y con episodios como el actual resulta completamente comprensible lo que quiere decirle la sociedad civil a los políticos. Les dice, nuestro país tiene exactamente lo que se merece. Con una clase política "de cuarta" como la que tenemos, lo único que se consigue es una baja participación ciudadana en los asuntos públicos.

Hoy la izquierda mexicana (si es que existe) es presa de odios, rencores y rompimientos; pareciera que es un asunto interno que sólo les compete a ellos, pero no es así. No pierde la izquierda, perdemos todos.