lunes, 31 de agosto de 2009
Nueve (o seis) gotas de agua
Cuando niño, recuerdo que lo que más me gustaba de bañarme era al final: ponerme bajo la regadera, con la llave cerrada y la boca abierta para contar cuántas gotas salían. Me emocionaba cuando se superaba el record del día anterior y, cuando era mucho menos, le abría un poco a la llave hasta que hubiera un chorrito.
No recuerdo cuándo dejé de hacer eso. Creo que no fue hace mucho, si debo ser sincero. Y se me había olvidado por completo... hasta ayer.
Sin que nos rijamos por algún calendario o algo así, el baño de Dany -tres años y medio- nos los repartimos mi esposa y yo. Ayer, como digo, recordé esto pues al final del baño mi hija se puso bajo la regadera con la boca abierta cuando la llave estaba cerrada. Cuando teminaron las gotas y estaba ya secándola con toalla me dijo: "Fueron nueve gotas, papá. Ayer fueron seis".
Puede que todos los niños hagan lo mismo. Puede que no. A mi se me había olvidado, hasta la noche de ayer.
domingo, 30 de agosto de 2009
En tu blanca espalda escribiré
Las debilidades de la carne suelen ser, contigo, mi fortaleza.
Llegas cualquier tarde a un café cualquiera. Llevas el cabello recogido y la blusa a media espalda: orgullosa, y sin palabra alguna, sometes a consideración de los presentes la larga línea que comienza en tu cuello y baja todo lo que puede.
Las constelaciones de pecas y lunares son tímidas en tu piel y no forman ruta alguna: Tu espalda no es mapa; es una hoja en blanco donde alguien tendrá que escribir una historia.
Y, hablando de historias, me cuentas de todas las que te han escrito. Por tu piel se han intentado todos los sabores: chocolate, crema, rosas. Tus inspirados pretenden sugerirte sensaciones. En el papel, de todo ponen; en la vida, apenas y si atreven a verte.
En tu blanca espalda escribiré. No sé, aun, cuál será la historia. Dominante, como eres, imaginó será muy parecida a la que quieras, como la quieras y cuando la quieras.
Y, ¿sabes? no importa: tu sólo déjame escribir.
jueves, 27 de agosto de 2009
4960382064
Viene a cuento por que algunas pequeñas molestias y el deseo de hacerme un “chequp” (en nacoregio) me llevó a la unidad de medicina familiar que me corresponde en la actualidad y el tiempo de espera fue fértil para la comparación y la evaluación por percepción. Se que es limitado y tiene mi sesgo particular, pero bueno, ahí va:
Son 33 consultorios de medicina familiar, trabajan dos turnos y cada médico atiende unos 30 casos por día, cinco días por semana. Son 1980 consultas por día, unos 10,000 por semana … unas 500,000 por año.
Tres rasgos que no están en mi memoria: Prevenimms, la acción refleja de enviarte a vacunas y las Lenovo.
En Prevenimos, aunque no consultes, son de cajón las pruebas rápidas de colesterol y diabetes, la dotación de condones es automática y también te pesan, te miden la lonja y si sales mal en alguna de las pruebas vas directo al médico. Las Lenovo están con la asistente recepcionista y en el escritorio del Doctor.
Los añorados expedientes de papel no existen más.
La queja constante persiste, las citas y los exámenes de laboratorio o de alguna especialidad son demasiado lejos. Lo confirmé, en mi caso unos se programaron para dentro de un mes y otro para diciembre. Opte por ir a laboratorio particular.
Otras monadas, también persistentes, son: la vigencia, la supervivencia, la terrible fila para la farmacia –todas las tenías – y la fila para autorización de especialidades.
Individualmente, podría decirse, no es una experiencia muy grata…..en descargo diría que el actual IMSS está lejos del de hace 25 años y preguntaría ¿Qué negocio particular puede atender esa avalancha de miseria (me incluyo), verse como el Mugerza y el San José y ser rentable?¿Qué miembro de nuestro club de pobres puede pagar servicios del Mugerza? En mi caso, que no estoy realmente enfermo, si hubiera hecho todo el proceso con privados llevaría gastados, bajita la mano, unos $ 3,000 pesos (dos consultas de médico general, laboratorio y medicinas).
¿Es el actual IMSS mejor que antes? Si, seguramente. ¿Es suficiente? No, seguramente. ¿Se puede hacer más? Si. ¿Depende del ejecutivo? No creo.
Por último, dos sueños Guajiros:
Me encantaría que el niño verde o la perroni o el otro zonzo tuvieran que pasar por este circulo, el séptimo de nuestro gulag de la no salud. Supongo que después de eso no se atreverían a decir: que te lo pagen. ¿O sí?
Qué pasaría si la idea de Santiago Levy pudiera implantarse: IVA generalizado del 10, el 12 o el 15 % incluyendo alimentos y medicinas, nos olvidamos de las cuotas obrero patronales y de otras cosillas y se implanta la cobertura universal. ¿Tendríamos un mejor sistema de salud? Según los números del susodicho la lana alcanzaría para lo de hoy y para más.
Salud.
martes, 25 de agosto de 2009
Steven Pinker (o lo solemne me da risa)
Clase de Acción Colectiva, doctorado en la EGAP. La acción colectiva, más que el nombre de la materia se nos presenta como cosa mayor: se preocupa (y ocupa) del cómo (y, si le rascas bien, del por qué) de lo que sucede cuando más de una persona hacen algo juntos (mentes cochambrosas, compórtense).
De entre el millar y medio de cuartillas académicas que debemos leer, analizar, replantear, seguir leyendo, me encuentro con “The Blank Slate” – La Tabula Rasa, pues, pero quise enfatizar el idioma de la lectura, ja- de una tal Steven Pinker.
So what? Pues que a lo largo de la lectura me fui encontrando con un autor inquieto, propositivo, informado y, al mismo tiempo, aaaaltamente informal. Wow, llama la atención. Gogleo el nombre (eso de los neologismos) y me encuentro su página personal:
http://pinker.wjh.harvard.edu/
Neeee: Harvard. Ooorale. Y bastará clikear su “about” para conocer hasta su mapa genómico –después de una foto de su cerebro y una largo (e interesante) etcétera.
Steven Pinker, PhD, resulta ser tooooda una autoridad en el departamento de psicología de aquella Universidad que le da vida a a los gemelos Boston-Cambridge. Toda una autoridad y, sin embargo, no se anda con eso de ser estirado, de hablar hasta que no se le entienda, de tratar de demostrar que él sabe y, por eso, esta muy elevado. Nada de eso. por el contrario hasta se podría decir que ese toque antiformal es lo que ha motivado su escalada en el rating de la estima de la comunidad académica y (tal vez más importante aún) en la comunidad en general (bueno, de los que hayan leído algo de él).
Porque, después de todo, de nada sirve un genio cuya genialidad no puede transmitir.
jueves, 20 de agosto de 2009
Garzón, Mockus y Peñalosa
domingo, 16 de agosto de 2009
Afortunado
Debiera sentirme afortunado por amar tanto; es sólo, Dios, que tanto amor, hubiera querido, fuese para una sola mujer.
Así es, supongo, la condición humana: la eterna insatisfacción. Cuántos murieron sin poder amar; cuántos los harán creyendo, tan solo creyendo, haberlo hecho. Ellas y ellos son, todos, unos desgraciados apartados de tu bondadosa mirada.
Yo moriré con el corazón latiendo: comunicándose, buscando sintonía. Y, por todo esto, gracias. Es solo que, como te digo, me hubiese gustado que la primera que encontré fuese la última; que en mis noches no hubiese la desesperación al imaginarme que la respiración que mañana escucharé a un lado será diferente y la cara que ilumine el sol tendrá siempre otros rasgos.
Cargar lápidas de relaciones muertas es extenuante. Dentro de cada sepulcro hay un ser amado a quien se le recuerda con gratitud. Y si un día me encuentro con mi muerta caminando por la calle tomada por la mano, el peso agobia más. Y si un día encuentro su gesto en cara de alguien más, el peso agobia más. Y si un día escucho su nombre, el peso agobia más.
Debiera sentirme afortunado por amar tanto pero no lo siento; perdóname Señor es sólo que tanto amor, hubiera querido, fuese para una sola mujer.
sábado, 15 de agosto de 2009
18 años despues
Inche Victor -me dijo-, salí en tu blog y ni me avisaste. Uts, así fue. Pensé que no lo tomarías a mál: cambié algunos detalles.
Le da un trago a su cereveza y yo a la Joya. No importa, aclara: alguien que leyó tu blog le comentó a una amiga que tiene un amigo que es primo del un cuate que toca la guitarra en la parroquia que tiene una prima que me conoció en primara, hace cosa de veinte años.
Y eso a mi qué, le respondí con sinceridad. Apresuré otro trago de Joya de Manzana.
Weee, como que qué. Tu lo provocaste. La cosa es que hace unos días comí con esa conocida desconocida, la amiga de primaria. Fue, algo más que amiga: fuimos novios... si es que aceptas que la cuente como novia, pues nuestra historia se resume a unos meses poco antes de la graduación.
Fue, si te digo la verdad, la primera mujer -si es que me aceptas que le llame mujer a la niña de doce- a la que le tomé la mano y, ¿sabes?, nunca más volví a tomar una mano con tanta inocencia, sin querer otra cosa más que un segundo más con su mano entrelazada con la mía. Sus mejillas fueron las primeras que besé después de las de mamá y, para la edad, me bastaba con sentirla así; ya nunca después volví a sentir latir el corazón por un beso en la mejilla. Cuando terminamos -si consideras que alguna vez comenzamos-, lloré con el más profundo de los sentimientos: ninguna de mis lágrimas posteriores fueron tan saladas, tan amargas, tan profundas.
No me había dado cuenta del todo -dijo-, pero mi vida es, en gran medida, aquella relación ausente que por magia se extendió a través de los años y trascendió relaciones, besos, caricias y lágrimas.
Comimos hace algunos días. Me dice que la ha pasado mal y conteniendo lágrimas me cuenta algunos capítulos que escribió despues de nuestra despedida. ¿Sabes algo? Me dió gsuto verla: lamento lo que haya pasado, pero el poder comer con ella y platicar como si nos conociéramos de toda la vida es algo así como un premio. Estar sentada y viva es muestra de fortalza.
Mer preguntó por mi corazón roto y, desde ese momento, comenzó a buscar los trozos y pegar las piezas. Comenzamos una relación... o algo así. Ya le dije que lo único que le pido es que me quiera porque piense que nadie más lo hará o me vea como una ultima oportundiad. Me ha dicho que no, que no piensa sea su última oportunidad sino la primera ocasión en que puede sentir despues de años. Eso, para mí, es suficiente.
Así es la vida, me dice el amigo Manuel Rivas ya con tono de sabiduría: las relaciones son complejas, las soluciones no siempre son las mejores, las situaciones pudieran no ser óptimas... pero no por eso lo que nos sucede malo; por el contrario. La vida se vive al irla viviendo, eso es lo único que sé. Lo que hoy nos falta, mañana podríamos encontrarlo; lo que hoy no podemos ofrecer, mañana podría ser parte del intercambio.
Esto, me dijo el amigo Manuel C. Rivas Tope, es lo que debes escribir en eso que le llamas blog. Que todos sepan, sin conocerme, que este mundo tiene ya dos personas más que son felices pues se han encontrado. Y sólo tardaron 18 años.
miércoles, 12 de agosto de 2009
Doblegarse
Sábado 11:30. Paso Bosque Mágico y La Pastora, bajo la velocidad y me pego al carril derecho, busco una mano levantada…..nada. Apenas paso el tianguis aparece con su clásico aspecto: jeta renegrida, imitación de rayban, bota de montar y jamelgo extraviado, block en mano. – Buenos días amigo – me tiende la mano para saludarlo y apenas me contengo. – Buenos días – logro contestar. – Es zona de 30, antes y después del puente hay señales. Rechino los dientes y una saliva amarga me sube por la garganta, alcanzo a decir: - Dame chance –. No, fue la respuesta. Me le quedo viendo y cambio de táctica, saco la cartera le doy la licencia y le dejo ver el único billete que traigo, uno de a cincuenta. Por respuesta me dice: No traes tarjeta de servicio público, exceso de velocidad y una calavera rota, de la grúa son setecientos, ciento cincuenta del corralón si lo sacas el lunes, seiscientos de esta multa más las que tengas acumuladas. Sudo, el color se me va, me agarro de la ventana, lo veo con ojos de perro aporreado y le digo en un susurro: Un paro, por favor, es todo lo que traigo.
Domingo 7:00. Techo descarapelado, el niño está chillando y el taxi en el corralón.
Lunes 9:00. Paso con el patrón, me presta $500, luego el prestamax y de ahí a tránsito. Pa las 12 y $1,300 pesos después ya ando de nuevo en la calle.
Martes 1:00 a.m. Después de dejar un borrachin que levanté en Edison llego a la casa; salió lo del día…con unos 8 o diez días como este le pago al patrón y voy al prestamax por la pantalla plana y el wii.
Miércoles 7:00. Hay que arrancar temprano.
Miércoles 15:00. El día va bien, llevo 8 carreras. Levanto un cliente frente al Fundidora, si sigue así podré irme a casa a eso de las 10.
Miércoles 15:30. Paso por debajo de Mario J. Montemayor y saliendo, adelantito del HEB, me agarran otra vez los muy malditos. – Zona de 30 -. Ahí va otra vez, respiro profundo. – Ustedes creen que vía rápida es para ir rápido, pero no vía rápida es para que usen los puentes no para que vayan rápido -. Me encojo de hombros. – ¿A cuanto ibas? -. – A 60 – Bajo con los documentos, regreso, vuelvo a salir y 5 minutos después arranco. El cliente me pregunta - ¿Cuánto te bajo? – Le respondo – Quería 100, pero nomas le di $50 – Siento su mirada en la espalda y solo alcanzo a decir: - Con estos desgraciados hay que doblegarse-.
martes, 11 de agosto de 2009
La Playa
Mientras la vida se le escurría por la comisura de los labios y los esfínteres abiertos, Juan Carlos recordaba los únicos momentos felices de su desgraciada vida: aquellos en que acompañaba a Oswaldo mientras aprendía a conducir un bus de la ruta La Playa. Esos días arrancaban a las cuatro de la mañana, él y Oswaldo salían del pequeño departamento en que vivían para encontrarse con su hermano en el terminal de la ruta a eso de las cinco de la mañana. A esa hora sin licencia para conducir ni experiencia previa, Oswaldo tomaba el volante y él y su hermano mayor se sentaban en el asiento de atrás. Su hermano mayor le daba instrucciones a Oswaldo y el agarraba algunas monedas de l cajón del cambio mientras sacaba la cabeza para que el aire le diera de frente. La aventura terminó cuando a una distracción de Oswaldo el autobús y a 80 kilómetros por hora, ellos y los 18 pasajeros adormilados fueron a dar al fondo del río Santa Catarina, afortunadamente con saldo blanco: ningún muerto, algunos magullados y uno que otro arañado, el sindicato saco al hermano de la cárcel, alegó un cerrón, y conservó el trabajo ….….. tres días después Juan Carlos seguía riendo como un idiota
Bueno, no se sabe si lo del enajenamiento empezó ahí o cuando trabajaba en la fabrica de dispositivos para recolectar mierda. Nunca se supo si el accidente fue una consecuencia de los episodios de febril actividad para luego caer como desmadejado o si el accidente incidió, al menos como detonante, en el proceso que concluyó varios meses después con el diagnóstico de psicosis maniaco depresiva. Lo cierto es que fue dado de baja de la fabrica de inodoros y pensionado de por vida.
A partir de ahí la vida osciló entre dos mundos marcados por las dos familias y los periodos de lucidez y apego a la toma de las medicinas. En el primer mundo Juan Carlos vendía chicles, periódicos o cualquier otra chuchería, también atendía las solicitudes de la madre adoptiva, sonreía con cierta frecuencia y comía más o menos bien. Eso si, su relación con los demás pasaba por instrucciones precisas, de no ser así cualquier solicitud de ayuda podía terminar con Juan Carlos caminando ocho o diez kilómetros para ir a pagar un recibo de agua potable solo para darse cuenta, al llegar a la caja de pago, de que traía consigo el recibo pero no el dinero. En sus mejores días, incidentes como el descrito, solo le producían una sonrisa medio catatónica estirada con puntos suspensivos, un hilo de baba que terminaba en la falda de la camisa y una vuelta adicional para cumplir con el encargo; eso si, siempre con la maletita que cargaba para todos lados. En el otro mundo, el tenebroso, estaba su familia biológica, los vecinos convertidos en enemigos a punta de pedradas, insultos y escándalos, y todos los enemigos, reales o imaginarios, que se cruzaban por el extremo de sus escasas y marchitas sinapsis. En este mundo destacaba el fantasma de un padre muchos años ausente, el hermano que “curaba” las crisis del hermano orate a punta de patadas y puñetazos, también los dos o tres encuentros con motores forrados de plástico y pliana y los encuentros con vecinos en la cima de sus fases maniacas que invariablemente terminaban con su ropa empapada de la sangre que escurría de su cabeza, lagrimas, babas y los sedimentos de las hediondas pócimas mágicas que algún vecino caritativo esparcía sobre las pocholacas antiguas y nuevas por igual….. y también la maletita.
Es curioso como un objeto inanimado llega a ser tan importante en la vida de una persona, ese es el caso de la maletita. En la maletita guardaba su dinero, el de la pensión y el de las ventas, las cajas de chicles y los paquetes de lucas, pero también la vida y el pasaporte a los dos mundos. Por eso, en su insensatez y condición de desvalido, nunca la dejaba. Por eso, cuando se puso el parabrisas del chevy por diadema, el conductor la encontró a unos metros de donde paro. Ahí encontró la vida de Juan Carlos: identificación, tarjeta del seguro social, la última receta, los depresivos y los anti depresivos, dos cajas de chicles y setenta y cinco pesos. También encontró los dos pasaportes: el teléfono de la vecina de su casa y el de la madre adoptiva.
- ¿A quien le hablamos? – preguntó el conductor del chevy al oído. A la vecina – contesto una voz estropajosa con poco volumen y gorgoritos de sangre y saliva -. Lo demás es historia, Oswaldo el hermano bueno, la reconstruyó días después: Los días anteriores se habían sucedido rápidas fases mixtas y cuando menos una de ellas terminó mal, su molino de viento en turno tomo cuerpo de vecino y le dio una paliza; tomo sus medicinas con poca regularidad y andaba como Michel Jackson después de ensayo y consulta médica. Ese día salió a vender, tomo el bus de la ruta 122 y luego el de la ruta 3, luego el Topo Grande y termino en las faldas del Topo Chico, casi no vendió y al regreso se equivocó de bus dos veces antes de subir al ruta 3, luego el último error: bajo dos paradas adelante y volteo a la izquierda, a paso rápido hasta que topo con el chevy. Ese fue el principio del fin, salió volando y se puso la aureola, por cierto hecha en técnica mixta: cristal templado con estampado en formas geométricas irregulares, sangre, liquido encefaloraquideo y aplicaciones de pelo y caspa.
lunes, 10 de agosto de 2009
Raquenel (o tanto va el cántaro al agua)
En mal día se fue a comprar unas chanclas a la Pulga Río. ¿O buscaba comprarse algún bolso, un pantalón? Ya no hay diferencia: cuando menos lo esperábamos quienes de ella sabíamos (o, lo que es lo mismo, cuando mejor les pareció a aquellos quienes le tenían una cuenta pendiente) nomás le dieron cinco plomazos que le vaciaron el cuerpo de sangre.
Nada de que los malos siempre pierden (como se diría en las "aventuritas" del tambien finado regiomontano Pipo).
No podemos saber qué tan "mala", de caber la expresión, fue esta profesionista. Pareciera que en ella se encarnaba el estereotipo del abogado tiburón en los tiempos del polvo, la pastilla y la hierba. ¿Quién se aventuraría a emitir un juicio moral sobre su trabajo?
Quiso ser química y terminó abogada; tal vez quiso morir de anciana y terminó en un pasillo de pulga.
viernes, 7 de agosto de 2009
el caballo viejo fue potrillo
Y lo ha demostrado en muchas ocasiones: caballo viejo mata potrillo. Hoy, otra vez, lo dijo al comienzo del desayuno.
Recuerdo que, hace algunos meses y cuando la mayoría pensaba en el suicidio por la peor crisis en la historia del planeta, el decía: peores crisis han venido y se han ido… y uno sigue aquí, contento. Hoy sabemos que todo pasó más rápido y las consecuencias fueron menores. Hay miedo, sí, pero de eso hay siempre.
Y como ese caso tengo muchos otros coleccionados donde ha demostrado que sus muchos años los ha vivido bien. Y es un hombre pleno y debe ser feliz. de haber algo que le incomode, imagino, es que la vida dura menos de lo que se quisiera.
Papá lo dice de otra manera: cuando se es joven, se quiere y se dice pero no se puede y no te escuchan; cuando viejo, deseas y sabes, pero nadie te escucha. Mmmm, ahora que lo veo, el dicho es triste. Y no que sea totalmente cierto: siempre, quiero creer, hay quien te oiga.
Mejor me voy a otro ejemplo: los años traen sabiduría. Mmm, tampoco es del todo cierto. A veces los años solo traen vejez, como mi tía Romualda por quien pasan los años sin dejarle pizca de sabiduria, ni de alegría ni de nada más que achaques. Tal vez sea un dicho menos triste pero más falso.
Total que hoy lo dijo al inicio del desayuno: caballo viejo mata potrillo. Los potrillos de hoy serán los caballos viejos mañana: y volverán a decirlo hasta que ya no puedan y esos potrillos sean los nuevos caballos viejos.
Y así es la vida, me parece comprender. Pasa el tiempo y otras cosas comprendo. El potrillo comienza a ser caballo. ¿Lo de viejo? eso viene después.
lunes, 3 de agosto de 2009
Los doctoramientos
“Los doctoramientos, sin periodicidad fija, son recurrentes cada año. Según ordenaban las constituciones, el doctorando, habiendo depositado las propinas y los derechos, debía salir de su casa a las tres de la tarde, a caballo, ataviado con “borlas y capirote”.
Al frente del desfile irían trompetas, chirimías y atabales, con sus uniformes. Detrás de los músicos, “los ciudadanos y caballeros convidados”. A continuación, los bedeles, con mazas, el secretario y el tesorero. Luego, de dos en dos, los maestros en artes, seguidos por los médicos, los teólogos, canonistas y legistas, por antigüedad.
En seguida, el doctorando, con los lacayos y pajes de librea que quisiera, con el rector y el decano a sus lados.
A sus espaldas, un hombre de armas, sobre un caballo bien aderezado, llevaría las insignias doctorales del candidato en un bastón dorado. Por último irá el padrino, con dos caballeros. Irán a la casa del maestrescuela para pasear con él por las calles principales. Luego los devolverán a su casa, así como al candidato, que pondría sus armas sobre la puerta de su casa.”
Retomo
Tuve un retiro espiritual. Bueno, mas o menos. En este espacio vacío de comunicación me entregué a la meditación profunda y creo que ahora soy mejor persona. Neeeeeeeeeeeeeeee, puro rollo. Estuve de vacaciones, me la pasé muy bien. Mi esposa e hija continuan educándome la paciencia. vengo maravillado de lo que ví y, en breve, aventaré un par de anécdotas solo porque sí.
El próximo lunes comienzo el doctorado, será una nueva etapa. Habia pensado dejarme crecer la barba para tener aspecto intelectual pero soy lampiño y no supero el estado de la ridiculez. Fue solo una ocurrencia, espero se me perdone.
Retomo pues esto del blog con las ganas de que los dedos no se me atrofien.
La Contraloria
(1) Se refiere a Edwin Walter Kemmerer (Doctor Money), economista norteamericano de las universidades de Cornell y Princeton que en 1917 asesoró a la Comisión de Reorganización Administrativa y Financiera del Gobierno de Carranza.