Manuel Rivas, de quien soy único amigo, me invitó una cerveza. Yo tomé, como siempre, Joya de Manzana.
Inche Victor -me dijo-, salí en tu blog y ni me avisaste. Uts, así fue. Pensé que no lo tomarías a mál: cambié algunos detalles.
Le da un trago a su cereveza y yo a la Joya. No importa, aclara: alguien que leyó tu blog le comentó a una amiga que tiene un amigo que es primo del un cuate que toca la guitarra en la parroquia que tiene una prima que me conoció en primara, hace cosa de veinte años.
Y eso a mi qué, le respondí con sinceridad. Apresuré otro trago de Joya de Manzana.
Weee, como que qué. Tu lo provocaste. La cosa es que hace unos días comí con esa conocida desconocida, la amiga de primaria. Fue, algo más que amiga: fuimos novios... si es que aceptas que la cuente como novia, pues nuestra historia se resume a unos meses poco antes de la graduación.
Fue, si te digo la verdad, la primera mujer -si es que me aceptas que le llame mujer a la niña de doce- a la que le tomé la mano y, ¿sabes?, nunca más volví a tomar una mano con tanta inocencia, sin querer otra cosa más que un segundo más con su mano entrelazada con la mía. Sus mejillas fueron las primeras que besé después de las de mamá y, para la edad, me bastaba con sentirla así; ya nunca después volví a sentir latir el corazón por un beso en la mejilla. Cuando terminamos -si consideras que alguna vez comenzamos-, lloré con el más profundo de los sentimientos: ninguna de mis lágrimas posteriores fueron tan saladas, tan amargas, tan profundas.
No me había dado cuenta del todo -dijo-, pero mi vida es, en gran medida, aquella relación ausente que por magia se extendió a través de los años y trascendió relaciones, besos, caricias y lágrimas.
Comimos hace algunos días. Me dice que la ha pasado mal y conteniendo lágrimas me cuenta algunos capítulos que escribió despues de nuestra despedida. ¿Sabes algo? Me dió gsuto verla: lamento lo que haya pasado, pero el poder comer con ella y platicar como si nos conociéramos de toda la vida es algo así como un premio. Estar sentada y viva es muestra de fortalza.
Mer preguntó por mi corazón roto y, desde ese momento, comenzó a buscar los trozos y pegar las piezas. Comenzamos una relación... o algo así. Ya le dije que lo único que le pido es que me quiera porque piense que nadie más lo hará o me vea como una ultima oportundiad. Me ha dicho que no, que no piensa sea su última oportunidad sino la primera ocasión en que puede sentir despues de años. Eso, para mí, es suficiente.
Así es la vida, me dice el amigo Manuel Rivas ya con tono de sabiduría: las relaciones son complejas, las soluciones no siempre son las mejores, las situaciones pudieran no ser óptimas... pero no por eso lo que nos sucede malo; por el contrario. La vida se vive al irla viviendo, eso es lo único que sé. Lo que hoy nos falta, mañana podríamos encontrarlo; lo que hoy no podemos ofrecer, mañana podría ser parte del intercambio.
Esto, me dijo el amigo Manuel C. Rivas Tope, es lo que debes escribir en eso que le llamas blog. Que todos sepan, sin conocerme, que este mundo tiene ya dos personas más que son felices pues se han encontrado. Y sólo tardaron 18 años.