Pues una de esas veces en las que llegué unas horas antes del compromiso en la capital del cerro de la silla. Y fui a Plaza San Agustin a tomarme un café en el estarboks que está por el food court.
Y, zaz, que me encuentro a un compañero de carrera sentadito en una banca junto a un muchahito con mezclilla untadilla a su partes, largas pestañas y boquilla medio-sensual. Zaaaaaaaaaaaz.
Cuando el compañero me vió se quedo páaaaaaaaaaaaalido. De un salto se puso de pie y me saludó con abrazo y todo. Si no fuera porque con cualquier pretexto quería hacerme voltear a otro lado, donde su acompañaaaaaaaaante no estuviera.
- ¿Y que haces?, me dijo. Naaaaaaada, le contesté: asuntillo en Monterrey, y tú?
- Ejem, ejem. No nada.
- ¿Trabajas aquí en Monterrey?, le pregunté
- Ejem, ejem. No. Tengo un despacho en Saltillo.
- Uta, pensé, esto esta curioooooooooso...
- ¿Tonces weeee? ¿Que haces acá?
- Ejem, ejem. No, nada. Te presento a un amigo.
Dos palabras mas y seguí mi camino para disfrutar el café; dejé al compañero, pues seguramente quería disfrutar el negro.
Perdón por la elegancia.