Erase una vez, en una aldea lejana, tres cochinitos se despidieron de su madres: querían comenzar una vida nueva por ellos mismos.
Tan pronto de alejaron de la casa materna, decidieron construir sus casas. Los dos primeros, algo más flojos que el menor, decidieron hacerlas de paja y varas para no cansarse.
El menor, el más amado por la madre por ser un cerdo que trabajaba como burro, les dijo: "yo construité mi casa con adoquines: no vaya siendo que venga el lobo, sople y tumbe las casitas de paja y varas".
Sus hermanos se rieron y fueron a construir sus casas. Pronto las terminaron y se metieron a descansar.
El choncho trabajador estaba consiguiendo el material, haciendo el plano, calculando los cimientos cuando pasó lobo hambriento. Y como al único cerdo que vió fue al trabajador, pues los otros estaban dentro de su casa descansando, se lo comió.
Y colorín colorado.