Los mexicanos tenemos deportes nacionales: la autoflagelación, la mentira, la autodenigración y las madres abnegacionsitits desmedidas; otros se preocupan por la salud de la República.
Yo tengo miedo,.....no no es cierto, solo estoy seriemente preocupado; no por la República, haya ella que se cuide sola. Estoy francamente preocupado por un amigo. Me preguntó ¿Qué le pasa? Ya no es el mismo que conocí hace dos años. Genial según los números del TEC, sabio según sus compañeros; acido, cínico y desgraciado según los pocos amigos que lo aguantan. No convencional, para decirlo de una manera políticamente correcta.
Pero últimamente algo le pasa, solo escribe cosas cursis y llenas de melcocha. Recuerdos de adefesios que tienen décadas de no verse y que él, correcto al escribir, reconce como amigos; también rememora seudo epopeyas quijotescas de viajes hechos exprofeso para comprarse una patina de experiencia y sabiduria que la mayoria no tiene ni tendrá aunque caminen por las orillas del río Charles este y mil veranos. ¿Me preguntó si se estará ablandando? o ¿De pronto se hízo gay, o ya lo era y no lo sabiamos? Explicaciones más sencillas pasarían por el encarrilamiento en la vida cotidiana o el roce con el lumpen de la política del virreinato de las orejas que bailan chuntaro o colombiano.
No sé. Lo que sé es que sus lectores no nos merecemos estó.