¿Ser líder de opinión? Hechos, no palabras.
San Pedro de las Colonias. Año de mil novecientos diecinueve. Melquiades Contreras Lerma publica “Júpiter”, periódico modesto que se atrevía a ver la luz en un Coahuila post-revolucionario donde las pistolas merecían más atención que las palabras (¿ha cambiado esto alguna vez?). Su trabajo periodístico fue requerido por el diputado local Aureliano Mijares Paz cuando pretendió se declarase como incapaz de gobernar a Raúl Gámez, presidente municipal de aquella Villa.
Lo que hoy leemos como historia no es sino vida accidentada, torbellinos de hechos violentos y sin sentido. México, con dificultad, comenzaba a asentarse como nación y en sus instituciones. Y San Pedro, caja de resonancia, vivía sus propios problemas.
La elección municipal de mediados de la segunda década se vio plagada de irregularidades: Simón Romero, entonces presidente de San Pedro, quería apalancar a cualquiera de sus munícipes (Raúl Gámez o Epitacio Sifuentes), contra dos fuerzas ciudadanas encabezadas por Gabriel Campos y por Efrén Casillas, cada uno por su lado. Aquello fue un cochinero y la elección fue anulada. Entra el doctor José Guerra como presidente interino quien, “obrando con toda honradez e imparcialidad… pidió al Ejecutivo del Estado hiciera una visita a la Tesorería Municipal… (encontrándose) el desfalco de la respetable cantidad de cuarenta y seis mil quinientos tres pesos y nueve centavos”.
En una nueva elección, los ciudadanos se unieron en torno a Manuel A. Fernandez. El eje Romero-Gámez-Sifuentes, insistía en su dominación y no se quedaría con las manos cruzadas. Participaron, sin embargo, con una nueva estrategia: el soborno de los presidentes de casilla. Los más de mil votos que según las crónicas obtuvo Manuel A. Fernández no soportaron los cañonazos de billetes. El asunto llegó al Congreso del Estado, sin embargo “con el más burdo y vergonzoso chanchullo, debido al mercantilismo de algunos diputados sin pudor, fue derrotada la candidatura Fernández”.
Contrario a lo que el sentido común dicta, Contreras Lerma da en “Júpiter” puntual seguimiento a las andanzas del presidente Gámez. Su compromiso es con la verdad (su verdad, al menos): su ciudad, la que comparte con Mijares, se ha plagado de abusos, excesos e inmoralidades que, siente la obligación, deben conocerse como un prerrequisito del cambio.
Cuando las aguas políticas estaban en ebullición, a Contreras Lerma no le tembló la tinta y calificó a Raúl Gámez, en cuanta oportunidad tuvo, de hombre “inexperto, torpe y ambicioso”. Tampoco dudó en hacer públicas las malas medidas tomadas por la administración de Gámez: “aumentó las partidas de egresos con nuevos empleos … dispensó a varios propietarios de cantinas el pago de impuestos municipales, permitió el juego público de azar y los palenques de gallos; y ha sido tal la inmoralidad de los principales funcionarios del gamismo, que las mujeres públicas cuentan con su apoyo y pasan a todas horas por la calle hasta a caballo insultando la moral”.
El periodista, incluso, hacía trabajo de investigación. Y de todo esto daba cuenta en “Júpiter”. Un ejemplo: Los hermanos Gámez, Raúl y Roque, vivían en la casa familiar (para entonces, el resto de la familia residía en Monterrey) donde “algunas mujeres de mal entraban y salían en pleno día a la casa… dando la sospecha de que tales mujeres entraban con fines nada lícitos en el supuesto que hacían uso de la puerta de campo de la casa que da a la Avenida Bravo, cuando en caso contrario podían hacer uso de la puerta principal que da a la plaza de la Constitución”.
¿Líder de opinión? ¿Qué me dicen de las características de Contreras Lerma? Ético, valiente, oportuno. “Jupiter”, su periódico, fue todo menos un negocio: el valor de la información por encima del comercio.
¿Otras características de nuestro personaje? Para eso hay que saber cómo terminó la historia: A pesar de las pruebas que el diputado Mijares Paz presentó al Congreso, Gámez siguió en el puesto, consiguió que de Villa, San Pedro fuera considerado como ciudad… y terminó siendo recordado en la historia como héroe revolucionario. Sobre Contreras Lerma poco se sabe (estuvo casado y en la cárcel por ser contrario a Gámez); no alcanzó ni unas pocas líneas en los diccionarios biográficos locales.
¿Una última característica de nuestro líder de opinión? Serlo, aún cuando la historia te sea injusta.
¿Líder de opinión? Hechos, no palabras.
*** Escrito para la edición de aniversario del Espacio 4 (ojala lo publiquen), con información contenida en el expediente que el Diputado Aureliano Mijares Paz formó contra Raúl Gámez, diciembre de 1919. Archivo Histórico, Congreso del Estado de Coahuila.