Isa:
Hay momentos en que debes sentarte a descansar: hacer una pausa no es abandonar la ruta, es hacer acopio de energía para llegar más lejos. El secreto está ahí, hija mía, en el no claudicar.
A lo largo de la vida me encontré con personas a quienes las urgencias les ganaban. Ellos explotan y quieres avanzar al doble de la velocidad que pueden. Terminan cansados, abrumados, frustrados. Luego, nada hacen. Y, después, otra urgencia les gana. Para cuando se dan cuenta, es ya tarde: así es su vida.
¿Te conté alguna vez la fábula de la carrera de la liebre y la tortuga? En su sencilla prosa encierra una elegante enseñanza: apréndela, Isa, hasta la médula de los huesos.
Aprende, también, que no tiene que ser tortuga; tal vez naciste liebre. De ser así, lo único que debes hacer es no confiarte. ¿Tortuga o liebre? No importa: quiérete. Ambos, al final, pueden llegar a la meta.
Si en ocasiones te cansas, entonces, toma un respiro. ¿Cansancio, presiones, frustraciones? Recuerda que, al igual que el éxito, la energía y la felicidad, también pasarán.
Te amo, hija. Saludos a mamá.
---- en twitter: victorspena