Victor me envió una invitación para unirme a Twitter, la cual amablemente ignoré. Victor se me adelantó y publicó un post en el Blog que amablemente nos comparte (http://www.tipordinario.blogspot.com/) que tituló "Twiteer (o la negación de la privacidad)", con lo cual invalidó el que yo mismo preparaba….., pero bueno así es la ubicuidad de todo lo que tiene que ver con la red. De cualquier forma, sin aspiraciones de originalidad, me atrevo a una pregunta para reflexionar ¿Está selva de redes sociales y herramientas de comunicación no estará explotando lo que los post modernistas llaman “lo acuoso, lo inasible”? ¿Aquél proceso de masificación que termina en una búsqueda de singularidad, de individualidad? Mi pobre interpretación es que la afiliación indiscriminada a toda red social (negación de la privacidad, Victor dixit) es una búsqueda de singularidad, a una perdida de identidad sigue un esfuerzo paradójico e inútil por hacerse notar. Paradójico por que te lleva de lo tangible – la realidad cercana – a lo intangible – la web -; inútil por que si no podemos tener identidad y sentido de pertenencia en el mundo tangible menos lo lograremos en el mundo virtual. Y aquí una replica no solicitada al buen Victor, no creo que sea una negación voluntaria de la privacidad, creo que es un síntoma de la perdida de identidad y sentido de pertenencia.
Vuelta a lo ligero, reproduzco lo que sería la introducción de este post hasta que Victor lo invalidó y agrego una nota de “susto pueblerino” o admiración por la tecnología.
Twiteer, Sonico, Facebook, My Space, Fotolog, Skypee, Hotmail, Windows Live, AOL, etc. ¿Quién puede vivir y llevarle el paso a todas estas redes y herramientas? ¿A quién le interesa a que hora llego al trabajo? ¿Cuál de mis amigos me buscaría por el Facebook en lugar de hacerme una llamada telefónica? ¿Cuál de ellos prefiere chatear en lugar de una larga conversación con un buen café? ¿Habrá alguien a quien le interese que tengo cerebro de rata o la mala suerte que me tocó en la galleta del día? ¿Mientras uso alguna de estas herramientas digo o hago algo que no haría o diría en persona? ¿Por qué o qué hace atractivo todo esto? ¿Cómo es que uno termina enganchando contando cosas que de otra forma no lo haría, al menos no a perfectos desconocidos? Una razón es el “charm” tecnológico o dígame ¿Quien se puede resistir a que Facebook lo identifique por su nombre propio, le ofrezca una fotografía suya y le diga que lo arrastre hasta el espacio para la foto de su perfil? Fácil no, así tus amigos te identificarán y puedes cambiar la foto cuando quieras. ¿Cómo lo hacen? El proceso parece simple: saben que no tienes foto en tu perfil, identifican tu nombre, buscan imágenes que tengan nombres asociados sin importar quien las subió (por ejemplo: de izquierda a derecha Juan, Pedro, etc.), identifican aquellas en donde aparezca tu nombre, le sobreponen un frame que enmarca tu cara y listo……ya existes en el mundo virtual. Susto pelón.