Leído en diversas cafeterías:
1. Cuando el café es bueno, no necesita azucar; cuando es malo, no la merece.
2. El café debe estar caliente, como el infierno, amargo, como la vida y negro, como el diablo. Y, al mismo tiempo debe ser puro, como un ángel.
¿Cómo negarlo? El grano de café adentro trae musas.