Como si anduviera en la montaña rusa. Te tardas infinidad haciendo fila; llegas al carrito; comienza un tedioso trac-trac-trac-trac en lo que comienzas a subir la primera gran pendiente. Y zzzzzzzaaaaaaaaaaaazzzzzzzzz: te sueltan y ya no hay manera de regresarte, salirte, detenerlo. Así anduve toda la semana con un pendiente que, por lo que veo, ya pasó.
Mis tiempos (ja, expresión tan absurda, ¿quién pertenece a quien?) comienzan a normalizarse. Regreso al TipOrdinario, este blog. Y lo hago compartiendo la idea que, me parece, cambiará la manera de hacer negocios... qué digo la manera de hacer negocios, cambiará el mundo.
Esta sociedad tiene una necesidad: la he detectado desde hace tiempo, es solo que no sabía cómo darle forma. Fue como si trajera una espina que me molestara sin saber dónde la traía enterrada. Ya no la hago de tanta emoción. Me parece que el mundo realmente necesita pantallas de celulares que no se llenen de la grasa de la cara (creo que eso es de lo que se llenan).
Lo he comprobado: no importa si se trata de una persona bonita o fea, gorda o flaca, alta o chaparra.... traiga una black berry pearl o un nokia de 200 pesos... invariablemente el celular termina cubierto con una opaca capa de cebo.... giuuuuuuu!!! Es verdad.
Y sea que estemos acostumbrados o no, eso no puede ser higiénico. El celular en tu oreja se llena de "eso"; cuando no lo usas lo pones sobre la mesa, dentro de la bolsa o una cubierta ajustada al cinto (donde, por cierto, se llena de pelusa, pelos, tierra). Y luego, feliz de la vida, te lo untas de nuevo en la cara para decir "holaaaaaa".
Total que este mundo será de quien encuentre la solución, la fómula magica, la manera de hacer negocio con la posibilidad de tener siempre limpio el cel. Y, cuando eso suceda, no olviden compartir las ganancias.... la idea fue mía.