Somos victimas de la ignorancia, nos enferma, nos postra, nos cuesta, nos hace medio imbéciles, pero sobre todo nos permite hacer cosas que en sano juicio no haríamos o de perdis nos descarga de culpas para hacer lo que queremos.
Ya se que no es ninguna novedad, solo que viene a cuento por que acabo de regresar de Lima y quiero contar dos incidentes paralelos: uno al entrar y otro al salir. Llegué a la hora más temprana del día, poco después de las 12 de la noche y estuve a punto de hacerme llevar a la cárcel por que no quería bajar del avión, como bajar si el desembarco era directo a un quirófano……, al menos eso pensé. Tres alienígenas descendientes de Tupac Amaru, con ropa quirúrgica de pies a cabeza me esperaban a la salida del avión. Ya me veía hablando por celular con Loret, con el taliban de Ferriz o de perdis con Maria Julia La Puente, que oso ya me la imagino diciendo por celular: Oiga usted y ¿Cómo lo trataron, es cierto que lo tienen en un campo de concentración junto con un grupo de leprosos y homosexuales? ¿Es cierto que le querían tomar muestras de las amígdalas con un hispo montado en una pluma? Pocos días después, al viaje de regreso en el mismo aeropuerto pero más noche – o más temprano, como se quiera ver -, me topé con un grupo de imitadores de los perversos ejecutivos de Wall Street que nos tienen en la chilla, embarcándose rumbo a México para gozar del turismo derivado de sus exitosos porcentajes de ventas de seguros, acciones o lo que sea: todos con un coqueto kit anti swine flu. Ja, ja, ja, ja, ja.
En el primer incidente el gobierno peruano – o de cualquier país – usa la ignorancia para asustar con el petate del muerto y proteger su reputación diciendo: los médicos de nuestro gray´s anatomy han hecho heroica guardia y nos protegen de la gripa del marrano. El otro es mas risible, después de media noche de volar y tirar baba medio dormidos en la reducida cabina de un avión, el maravilloso kit anti swine flu permitirá gozar de las delicias de México capital o el semi abandonado Can Cun con la conciencia tranquila.